
- En un medio con recursos alimenticios limitados los individuos luchan por sobrevivir.
- De esta lucha salen victoriosos los que poseen mejores caracaterísticas, las cuales son heredadas probablemente.
- Si esta selección natural es duradera en el tiempo puede provocar en las poblaciones cambios y dar lugar a nuevas especies.
Darwin plasmó sus conclusiones en un trabajo, que no publicó, en 1844. Se han barajado algunas explicaciones para la no publicación de sus ideas, como el miedo para informar al mundo sobre sus conclusiones o el amor a su esposa, Emma, que era muy religiosa. Algunos autores proponen que él creía que no estaban aún maduras sus ideas y además había de publicar mucha más información recogida en su viaje.
Mientras tanto otro inglés, Alfred Russell Wallace, 14 años más joven que Darwin, de formación autodidacta y de familia humilde, al contrario que el anterior, había pasado desde 1848 hasta 1852 de viaje por la Amazonia, junto con el naturalista Henry Bates. En 1854 viajó al sudeste asiático estudiando y recolectando especímeres que enviaba a Londres para su venta. De su estancia en esta zona del Mundo obtuvo los conocimientos que le convirtieron en el padre de la Biogeografía. Sus observaciones ponían de manifiesto como cada especie habitaba en un determinado lugar, llegando a veces a darse el caso de que a veces la especie habitaba una orilla de un río y no en la otra, lo cual no dejaba de intrigarle. Dada la enorme variedad de especímenes recolectados en sus viajes, de cada especie elegía muchos, Wallace pudo observar como dentro de cada especie había variaciones, tanto anatómicas como fisiológicas. Asimismo estudiando la supervivencia de los individuos llegó a la conclusión de que sólo sobrevivían los que tenían mejores características para vivir en su medio ambiente.
En marzo de 1858 Wallace escribió un artículo, titulado "Sobre la tendencia de las variedades de apartarse indefinidamente del tipo original”, en el que exponía sus ideas de la transformación de las especies mediante una selección natural, y se lo envió desde el archipiélago malayo a Darwin para su revisión y posterior publicación por parte del prestigioso geólogo Charles Lyell.
Esta carta supuso una enorme sorpresa para Darwin, quien veía plasmadas en la carta que le llegaba desde el otro lado del Mundo conclusiones muy parecidas a las suyas, que sin embargo, y aún habiendo llegado esas mismas ideas años antes no las había publicado. Sus amigos, Lyell y el botánico Joseph D. Hooker, informados de este hecho decidieron presentar la carta de Wallace a la Sociedad Linneana junto con un resumen del trabajo de Darwin de 1844 y una carta a un amigo norteamericano suyo de 1857 donde exponía sus ideas. Esta presentación no contaba con el permiso de Wallace aunque posteriormente se sentiría muy halagado por la misma. Al año siguiente, Darwin publicaría su libro. Wallace fue un gran defensor del mismo y un reputado darvinista.
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