
Trasladándonos en el tiempo y en el espacio, viajamos a la España musulmana del siglo XII con Maimónides, médico y filósofo judío cordobés que sufrió el exilio, primero dentro de Al Ándalus y después por el norte de África debido a la intolerancia religiosa del Imperio Almohade. Maimónides, uno de los filósofos más grandes de la Historia intentó conciliar fe y razón lo que le atrajo las críticas tanto de pensadores musulmanes como de parte de sus propios correligionarios judíos.
En 1600 fue pasto de las llamas inquisitoriales romanas el astrónomo y filósofo Giordano Bruno acusado de herejía. Entre sus afirmaciones "heréticas" estaba su cosideración de un Universo infinito y la existencia de muchos más sistemas solares aparte del nuestro. Su proceso fue instruido por el mismo cardenal que dieciséis años más tarde llevaría otro contra el astrónomo Galileo Galilei por defender el sistema heliocéntrico de Copérnico que afirma que la Tierra y el resto de los planetas giran alrededor del Sol y atacar el sistema geocéntrico de Aristóteles, acorde
con las Biblia. Galileo terminaría sus días en arresto domiciliario tras retractarse de sus ideas (o al menos de la defensa de las mismas).
Para terminar este brevísimo retraso viajaremos de nuevo hasta el siglo XX , concretamente a la Unión Soviética donde vivió el genetista y botánico Nikolai Vavílov. Vavílov fue condenado en 1940 a prisión, donde moriría tres años después, por defender los principios de la Genética moderna en los círculos científicos soviéticos de la época, dominados por su acérrimo enemigo Trofim Lysenko quien apoyado firmemente por el régimen estalinista defendió entre los años 30 y 60 las tesis evolutivas lamarquistas al afirmar que podía modificar las plantas modeándolas ambientalmente independientemente de su genética. Le declaró la guerra a la Genética como "ciencia burguesa" lo que supuso la eliminación de todos los defensores de las ideas biológicas modernas. Como hemos podido ver los ataques a la Ciencia y a los científicos no han sido hechos aislados y han afectado a todas las épocas y a credos y opciones políticas diversas. Pese a todo el progreso científico no ha parado y sigue luchando contra muchos enemigos, declarados o no, aún en nuestros días.